Dedicado a alguien que es como las amapolas: de campo, asilvestrada, fuerte, potrosa, ... y muy bonita.
Y por ser la única en conocer el motivo por el que hago fotos al cielo.

Translated Skies

El lago


[Esta fotografía la tomé en un lago de Málaga el 8 de abril de 2012, a las ocho y doce minutos de la tarde exactamente, cuando ya anochecía. Aún recuerdo la quietud de aquel momento, el agua fría, el silencio, las montañas haciéndose carbón negro, y un cielo imposible de bonito.
Para ilustrarla un poco os dejo un extracto de “El Lago” de Ray Bradbury, que es uno de los relatos breves más bonitos que conozco. Habla del amor y de la pérdida, y de los espíritus y los recuerdos, que siempre regresan; o quizás, es que nunca se fueron.]

“La ola me encerró apartándome del mundo, de los pájaros del cielo, los niños de la arena, mi madre en la playa. Hubo un momento de silencio verde. Luego la ola me devolvió al cielo, a la arena, a los niños que gritaban. Salí del lago y el mundo me esperaba aún, y apenas se había movido entretanto.
Pensé en Tally, que nadaba alejándose en el agua, en el último mes de mayo, las trenzas como estelas, rubias. Se iba riendo, y el sol le iluminaba los hombros menudos de doce años. Pensé en el agua que se aquietó de pronto, en el socorrista que se zambullía, en el grito de la madre de Tally, y en Tally que nunca salió …
El socorrista trató de sacarla, de convencerla, pero Tally no vino. El socorrista regresó con unos trozos de algas en los dedos de nudillos gruesos, y nada más. Tally se había ido y no se sentaría cerca de mí en la escuela, nunca más, ni correría detrás de la pelota en las calles de ladrillo, las noches de verano. Se había ido demasiado lejos, y el lago no permitiría que volviese.
Y ahora en el otoño solitario, cuando el cielo era inmenso y el agua era inmensa y la playa tan larga, yo había ido allí por última vez, solo.
La llamé una y otra vez. ¡Tally, oh, Tally!
El viento me sopló dulcemente en las orejas, como sopla el viento en la boca de los caracoles, que murmuran. El agua se alzó, me abrazó el pecho, luego las rodillas, subiendo y bajando, succionando bajo mis talones.
-¡Tally! ¡Vuelve, Tally!
Yo solo tenía doce años. Pero sabía cuánto la había querido. Era ese amor que llega cuando el cuerpo y la moral no significan nada todavía. Ese amor que se parece al viento y al mar y a la arena, acostados y juntos para siempre. La materia de ese amor era los días largos y cálidos en la playa, y el zumbido tranquilo de los días monótonos en la escuela. Todos los largos días del último otoño cuando yo le había llevado los libros a casa desde la escuela.
¡Tally!
La llamé por última vez. Me estremecí. Sentí el agua en la cara y no supe cómo era posible.”

"El lago" (extracto)
Ray Bradbury

Flying high I


Esta foto es del verano de 2009, mientras volaba a Italia. En esos momentos no tenía esta afición actual por fotografíar el cielo, pero quizás algo dentro de mí ya me impulsaba a hacerlo, como si de alguna manera supiera todo lo que iba a llegar a mi vida cuatro años después.
Me ha parecido interesante rescatarla y por eso la cuelgo aquí.