Dedicado a alguien que es como las amapolas: de campo, asilvestrada, fuerte, potrosa, ... y muy bonita.
Y por ser la única en conocer el motivo por el que hago fotos al cielo.

Translated Skies

Tus brazos

"Dicen que cuando eras pequeña movías tus brazos para ver si podías volar a países lejanos y secretos. Son tus brazos los que te ayudan a remar los sinsabores de la vida. Son ellos, uno a cada lado de tu anatomía, en perfecto paralelaje y sincronía.

Date cuenta que han sido importantes en tu vida, más de lo que crees. Con ellos es con los que has dado abrazos a gentes grises que no los merecían, y a personitas de mirar dulce que los han disfrutado.

Tus brazos se han movido acompasados a cada paso que has dado en la vida, serenos, cada uno a su aire al caminar, pues cuando el derecho estaba delante el izquierdo se escondía detrás esperando su turno.

Los adornas con pulseras traídas de lugares extraños, porque cuando las miras recuerdas atardeceres rojos y mañanas frías. También con otras que, según tú, traen magias incomprensibles para quienes medimos y analizamos el mundo.

Tus brazos limitan al norte con unos hombros que se encojen de vez en cuando ante los rigores del día. Al sur, acaban en unas manos bonitas que se mueven rápidas y elegantes, como los pájaros en los charcos.

Esas manos te abanican en los momentos de agobio, tapan tus ojos cuando lo feo y lo grosero se te plantan delante, y sus deditos teclean mensajes que solo algunos afortunados pudimos leer.

Con esas manos dibujas letras y contornos con los que los niños se asombran abriendo sus ojos y sus bocas, pues quieren aprender el lenguaje de los libros y la vida.

A veces juntas tus manos, no para rezar, sino para desear.

Con los dedos de tus manos has iniciado decenas de cuentas atrás para conseguir un poquito de felicidad. Con ellos has dado (y te has dado) placer inmenso y escondido. Sus dedos han secado tus lágrimas más de una vez y han dado golpecitos de impaciencia esperando la llegada de algo, de alguien.

Tus brazos y tus manos fascinan a los desconocidos, que un buen día se plantan ante ti por casualidad (como suceden las cosas reales de la vida) ante la mesa de un café, y también por casualidad los miran y sonríen.

Tus brazos son bonitos, pues los vi; y suaves, pues los acaricié hace mil veranos.

Algún día (puede que ya lo hayas hecho incluso) tus brazos te servirán para celebrar que lo has conseguido, que eres feliz por fin, que has dejado atrás los momentos negros y arrugados. Y los levantarás al cielo del verano cerrando los puños, dando sombra de esa manera a la inmensa sonrisa que tendrás.

Y los que estén ahí los volverán a mirar. 

Pero yo no."

E.M.