Dedicado a alguien que es como las amapolas: de campo, asilvestrada, fuerte, potrosa, ... y muy bonita.
Y por ser la única en conocer el motivo por el que hago fotos al cielo.

Translated Skies

Sol cálido


"Tristeza.
Tristeza.
Todo es triste.
Mis recuerdos son tristes.
Mis deseos son tristes.
Es triste mi añoranza.
Y mi soledad.
Los colores, los sabores, las palabras, los sonidos.
Son tristes.
Los silencios en tu presencia.
Y en la mía.
Los cruces de miradas rápidas, huidizas.
Las ausencias, ahora que no estás.
El teléfono, ahora en silencio.
Tu pelo recogido, pero triste.
Mis lágrimas en la noche.
Y en la tarde.
Son tristes.
Todas las monas del mundo están tristes.
Y el tigre-tigre, que no para de llorar, el pobre.
Y los gatos y gatas.
Y los periquitos azules, perdiendo sus plumas de vergüenza que les entra.
Son tristes los bancos incómodos de los parques, y las bicicletas.
Y hasta los paseos soñados por la Alhambra transpiran llanto.
Las puertas mágicas de color rosa,
que personas fruncidas y desamables ya las han pintado de otro color.
Los habitantes de la casa del lago,
que han hecho el equipaje y se han marchado, de tristeza que tenían,
dejando atrás palomitas recién hechas, el fueguito encendido y la lluvia en los cristales.
Los relojes también entristecen, y se han parado a la peor hora.
Y las naranjas, que se mueren de tristeza dentro de sus bolsas,
transparentes eso sí, para ver pasar el mundo.
Ya no se rompen mis bandejas,
y no es por falta de ganas, o de tristeza.
Sin energía para hablar.
Sin ganas.
Tristeza de verdad, superlativa.
De la que duele, y te hace peor persona.
De la de color morado.
Y lo demás no importa.
No importa nada.
Porque todo es triste.
Todo.
Todo.
Y no hay consuelo".

E.M.

Coda


Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!

Bécquer