"Espérame en el cielo. Espérame porque a ras de este suelo ya no es
posible.
Espérame, que te prometo no tardar mucho. Algunas tareas me tienen
ocupado, ya sabes. Nada de importancia, pero se ha de hacer: gentes que dicen
necesitarme, canciones que han de ser escuchadas, noches de otoño de las que
resguardarse, besos que entregar y varios recuerdos que olvidar.
Espérame ahí, justo ahí, al lado de esa nube con forma de corazón.
Está señalizado, no te preocupes que no te perderás. En ese sitio creo que
estarás cómoda mientras esperas.
Espera, pero no desesperes ¿eh?
Y a ver, ponte bien el pelo, que estamos saliendo en internet y esto lo
ve mucha gente. Alegra esa cara, que estás muy guapa hoy y las lágrimas te pueden
estropear. Estírate la blusa, mmmmh … así, … mejor.
¿Has dejado todo arreglado en casa? Ya sabes, la ropa recogida, la
cama hecha. ¿No? Sigues empeñada en no hacer la cama ¿eh? Al final vas a tener
razón y resulta que sí que eres un desastre. Pero me encantas, qué se le va a
hacer.
Bueno, yo voy haciendo camino, y si llego antes que tú, pues te espero. Me sentaré en una piedra al borde del sendero que lleva al cielo, dibujando en la tierra con
una ramita de cerezo dibujos de colores y sabores, murmurando una canción
pequeña y bonita. Y de vez en cuando miraré hacia el horizonte hasta que te vea
aparecer: alta, solemne, con el pelo recogido, y sonriente al verme en la
distancia.
Porque has de saber que sólo me pienso levantar de esa piedra cuando aparezcas, para recorrer el cielo de lado a lado, contigo."
E.M.
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