"Si yo olvido,
pueden la cala y el salitre olvidarse del océano.
Si yo olvido
al corazón de donde brota
el movimiento vivo de mi propio corazón,
que mi desdicha supere la del más miserable:
abandonado, abatido, marginado, maldito.
Si yo olvido.
Aunque tú olvides,
mis palabras no arruinarán tus placeres.
Aunque tú olvides,
llenaste mi vida estéril de tesoros
y puedes quitarme el obsequio dado,
aún eres reina y yo esclavo,
aunque tú olvides."
Edmund Gosse (1849-1928)
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